martes, 17 de julio de 2012

Frío

Hablemos del frío. Del frío que hiela los huesos y llega hasta el alma, del frío que no se quita con el Sol, con calefacción, ni con mil mantas. Hablemos del frío de sentirse solo, de cuando te rompen el corazón, de cuando no queda nada bueno.
Hay pedazos congelados de ti, esparcidos por el suelo. Nadie puede verlos, por eso la gente pasa a tu lado sin verte, y los pisa, los deja ahí, a veces hasta resbalan con ellos sin entenderlo. Y pasan de largo. Pero tú sigues ahí, teniendo frío, en un rincón, tiritando. Esperando que llegue ese calor especial que derrita el hielo y te recomponga. Con paciencia, con tiempo, con amor.
El tiempo pasa. Y tú estás de pronto delante del mar, con el viento hacia ti. Miras la profundidad y quieres saltar, para que ésta sea la última vez que pasa frío. Doblas las rodillas, tomas aire y aguardas. Has oído algo. Tu nombre. Notas una mano en tu hombro, que lo repite. Te giras, y ahí está. Un rayo de Sol, dispuesto a quitarte el frío.

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