sábado, 8 de septiembre de 2012

Músicos, músicos en todas partes


Últimamente, para mi sorpresa y mi agrado, me he rodeado de músicos. Amigos que tocan el bajo, la guitarra, la flauta travesera, la batería,… Me sorprende porque esto significa, o bien que el destino me rodea de ellos para poder complacerme de vez en cuando con su música, o bien que el número de gente que toca instrumentos musicales está creciendo, lo cual es una buena noticia, tanto para ellos, que han descubierto un hobby que les apasiona, como para el mundo musical.
Es gratificante ver como les brillan los ojos o no intentan disimular una sonrisa cuando hablan de tocar. Se hace evidente que les encanta, que es uno de los mayores placeres de su vida. Y a mí me encanta ver a la gente tan metida en algo tan bueno, tan interesada y con sueños e ilusiones por algo así. Incluso he oído comparar esa sensación con alguna otra más placentera, llevando casi al éxtasis al músico.
Ver como pasan las horas para ellos, ignorantes de ese hecho y felices, me produce alegría. Saber la motivación y las horas de práctica que conllevan tocar bien una sola canción, compenetrados con el resto de la banda, me lleva a una sensación de admiración, y de orgullo por conocer a alguien tan apasionado, trabajador y capaz de llevar adelante algo si se lo propone. Porque ese es un gran mensaje. Un “si quiero, puedo” es el que puede levantar el mundo. Sólo consiste en eso: hacer lo que te gusta, disfrutar de ello, y mostrar a todos tu tesón, tu capacidad y tus dotes naturales para ello.

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