viernes, 14 de junio de 2013

Pedacito de felicidad.

Voy a hablar de una felicidad muy concreta. De la del fin de examenes, de cuando sales por la puerta, esa puerta grande, de madera en mi caso, y suspiras bien fuerte. Piensas: "se acabó, eso es todo. Ya no tengo que volver a casa a estudiar. Ya no tengo que darle vueltas a más preguntas ni asignaturas. Ya puedo relegar mis apuntes al fondo del armario". 
Y te sientes tan bien, tan limpia, tan llena de vida, que de repente notas mucha energía acumulada que quieres liberar. Cada uno lo hará de una forma distinta, pero yo he comenzado con no coger el autobús y dar un fantástico paseo. Con el cosquilleo del sol en la piel, la música sonando en mis oídos y los pensamientos alegres de mi interior, todo parece mucho más sencillo y alegre. 
Sé que es una entrada sin mucho contenido que no creo que nadie considere interesante, pero me gusta expresar mi felicidad por este medio también. Así que ahí va la imagen de cierre:

                                   

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