domingo, 22 de septiembre de 2013

"El silencio de los corderos" (Thomas Harris)

Esta gran obra llevada al cine en 1991 por Jonathan Demme, narra cómo una alumna de la escuela del FBI, Clarice, va tras la pista de un famoso asesino en serie, Buffalo Bill, que da un curioso trato a sus víctimas, todas mujeres: las arranca la piel y las echa al río. El FBI se encuentra perdido, sin pistas, y decide recurrir a Hannibal Lecter, un psiquiatra caníbal que se encuentra entre rejas. Éste, a cambio de su ayuda, exige a la joven que le cuente sus intimidades, todas las que él quiera saber. Ella se encuentra confusa y bajo su merced, pero no le queda otra que ceder ante el intercambio, si quiere encerrar al criminal. Sin duda, el doctor aprovechará cada oportunidad para escapar, bajo cualquier precio, y eso es algo que Clarice ha de tener en cuenta si quiere salir viva de sus encuentros con Lecter.

                                                                 

"¿ Percibe usted el olor de su sudor? Ese peculiar olor a cabra es característico del ácido trans-3-metil-2-hexenoico. -recuérdelo siempre; es el olor de la esquizofrenia".
"No empezamos a codiciar cosas imaginarias. La codicia es un pecado muy literal; empezamos a codiciar elementos tangibles, empezamos a codiciar lo que vemos todos los días".

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